Conchita o la inmaculada concepción: una novela








Mierda

ya no está
     ya no está

     la foto
mierda, hombre

corres de aquí para allá, vas a la sala, vuelves al cuarto de niños. ¿Pero éste es el diccionario inglés – alemán?  ¿O no lo es? ¿O estaba en el otro?
   Sí, es éste. Definitivamente. No la puse en el de español - alemán. A propósito no. Por ella. Mierda    
  no, seguro que no la ha encontrado. Tonterías. Pero ya no está

   ya no hay
   nada
   ahí

   nada

pero en dónde está, entonces? Quizás se ha caído. Pero no hay nada ahí, no hay nada en el suelo, debajo de la estantería. Nada. Fucking hell

   Te viene esa sensación, ese sentimiento. Lágrimas te suben a los ojos. Escribes en el guía de estudiantes de 1999, quieres guardar el momento. No vas a olvidar esa foto. Nunca. Conchita. Concepción. La ves delante de tí, la ves a ella
   Está sentada a la mesa, sonríendo suavemente. Lleva su pantalón de deporte azul y la camiseta de Bacardi. La del murciélago. ¿Era de Bacardi? Sí, definitivamente. No la has olvidado
La última foto se ha ido. Lo chequeas otra vez. No, no hay nada. ¡Mierda! ¡Hombre! Student Handbook 1999. 1999. Concepción. Conchita. Está sentada en la cocina de su residencia. Tan bonita. ¿Era bonita? Para ti sí. Esos labios. Quiero besarla, tocar sus muslos, sus hombros, abrazarla, besar su pelo, prote
   Te olvidas de la noche, la luz del cuarto de niños con sus guirnaldas de cumpleaños se refleja en la ventana negra. Estás cansado. Hecho polvo. Te zumban los oídos. No lo puedes describir, ese sentimiento                                                                                                 nunca lo podrás, nunca                      
   esa mierda

   No se oye nada. Absolutamente nada
 
   Ese sentimiento, como si algo te subiera a los ojos. Llora, pues, suéltalo, como lo dijo Pauline. ¡Suelta ya! Toda la mierda. You - have - got - to - let - go! Fucking let go! Como entonces. Te rascas los calzoncillos, oliscas tu dedo. Afuera pasa un bús. Todo está tranquilo. Llorar. No quieres recordar, quieres sostenerla.
   Qué mierda que te ha hecho. Si por lo menos te hubiese dejado la foto. Por lo menos la foto. Pero quizás todavía la tiene. Sabe muy bien que no puedes preguntarle por ella. Sabe que le vas a preguntar, que vas a mencionar la foto. ¿Qué más voy a hacer? Entonces va a pensar que sigues pensando en Conchita. Y tiene razón. Todavía. Va a pensar que todavía sientes algo por ella. Con razón. Todavía. La foto ya no está. Era la última. La última foto. Pero ella no sabe eso. Precisamente entonces
   El cansancio, el sentimiento     de estar hecho polvo, vacío adentro. Mañana le preguntas por la foto. No en la mitad de la noche.
Mañana estará igual de enojada, si le preguntas.                                                                                            



La noche. Esos momentos antes de dormir. Piensas, estás acostado en la cama, quieres dormir, no lo quieres.

Conciliar el sueño es como morir, no lo puedes evitar. Lo único malo son los pensamientos que lo preceden.           

Cada día muero un poco más
               
No
No                   tonterías

No está. Qué mierda. Déjalo ya. Quítatela de la cabeza. Un corte. Un corte, fucking hell.


»No, ya no quiero nada de ti.«

Como viene caminando por el césped delante de mi residencia, titubeando, demasiado lenta, no augura nada bueno. Demasiado lenta y como titubeando. Ya estaba acabado.

Ya no puedo.

¿Me entiendes?

Ven arriba conmigo, por favor.

Por favor.

Sólo un rato.

Un ratito

»No.«

Ya no puedo.

Lo he pensado.

No.

No.


¿Sus palabras exactas? ¿Qué mismo dijo, entonces? Ya no te acuerdas. A la final, sí subió contigo. Y después
   ¿Dónde comienzo? ¿Dónde termino? No. Mis pensamientos están llenos de imágenes.

   ¿¿Qué mierda quiere decir eso, «llenos de imágenes»??

Conchita en la playa, Conchita en el cine, sus manos en la sala de computadoras. Como te tapó los ojos con ellas. Su cara.

   eheu. Te rascas los huevos. No todo está tranquilo, porque oyes, sientes este raro  silbido, zumbido, yo que sé. En tus orejas. Monótono como tu vida. Tu vida. Otra vez aquí en Alemania. Quieres       el bolígrafo             
     irte a la cama caliente. ¿Qué esperas? Ya no puedes escribir. Te frotas los ojos. Como ese ruido que hace la nevera, tus orejas. No te puede quitar la foto así nomás, la boba esa. Seguro ya la ha roto. Pedazitos chiquiticos.
   
»No he leído tu carta. La he roto directamente. La he hecho pedazos.«
Pedazos. Trozos. Lo único que queda son trozos. Lo única que jamás queda son trozos. Una parte de su cara, de sus piernas, de la mesa y de sus senos. Sus senos pequeños. Todavía tienes ese papelito de Conchita, pero no sabes donde está. Nunca has arreglado los papeles de Aberdeen, y tan pronto tampoco lo harás. Está por ahí, el papel, metido en algún lado por entre los papeles. Si no lo he perdido
   Vamos a ser amigos. Amigos. 10 puntos. Un montón de papeles viejos. Y en algún lado, su lista. Su letra. En alguna parte. ¿Eran 10 puntos o más? Todo muy formal. No te acuerdas. Ni siquiera te acuerdas de un sólo punto. Un sólo puto punto. Sí, te acuerdas.
   Te sientas al lado mío en inglés antiguo, me recoges de mi residencia, salimos juntos      salir de marcha, nunca había escuchado esa frase, salir de marcha. A lo mejor sólo en España lo dicen así. 
   salir de marcha. Marcharse. Ligarse. Quieres acordarte. 
   Quieres      La noche en el cine. Después de la película caminamos extra lento. Dejamos ir adelante a Pauline y Jonás. A propósito. Le halé del brazo a Conchita y desaparecí con ella en una pequeña calle lateral, cuando Jonás y Pauline no estaban viendo, riéndonos. Ella se rió. Nos reímos. ¡Ven! Halé de su brazo. Por aquí. Rápido, le dije. Ven. Pauline y Jonás no notaron nada.
   Ahora que me has quitado la foto, he comenzado a escribir, a acordarme.
   Conchita.
   Toda la noche, si hace falta. Escribir contra la puta noche
   Vimos La momia. Con esos insectos, esos escarabajos que se metían debajo de la piel y comían a la gente de adentro. Hasta que quedaban huecos por dentro. ¿Cómo lo hacían? Creo que corrían bajo la piel hasta llegar a la cabeza. O no. Emocionante. Todo el tiempo estaba pensando en poner mi brazo alrededor de ti, pero no me atrevía. De eso todavía me acuerdo. De mucho más no. Estababas sentada a mi lado. No dejes de escribir. Ya ha de ser las doce y media. No tengo ningún recuerdo de mi nerviosidad, de mis sentimientos. Me escapé de Pauline y Jonás y dije: Vamos por aquí. Let's go this way. Acá. Aquí. Seguro no nos buscarán. Quería estar a solas con Conchita. Solo con ella. Entramos a ese callejón estrecho pero tuvimos que parar delante de un muro. Casi nos hubiésemos dado con la cabeza contra la piedra. Mierda. Vamos a volver. Por aquí no se puede seguir. Fuck 

   Demasiadas imágenes.

Despúes no seguimos por la calle principal sino más arriba, cerca del parque, pero esa noche ni siquiera me di cuenta de ello. Andaba por la vereda con Conchita. No sé por qué, pero le dije que me gustaba. Así no más.

   Me gustas. 
   I fancy you. No, eso no es. Me gustas. Ni siquiera lo puedo traducir correctamente. Ponerlo en palabras

   Me gustas. 

   "¿Y qué pasa con tu novia? En Alemania."      

   Se lo dije. 

   Me gustas 

   Me callé. Creo que no dije nada a su comentario de la novia. Seguimos caminando lentamente, su cuerpo junto al mío... 
Yo



No sabía qué sentir...